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CONSULTORÍA ESTRATÉGICA

Conversamos con:

Pablo Romaní

Director Consultoría Estratégica Barcelona


Hablamos sobre cómo afectará el impacto de la pandemia al posicionamiento de las ciudades y a los distintos mercados dentro de ellas.

Las ciudades como elementos de atracción de talento

Tras la crisis sociosanitaria provocada por la Covid-19, nos preguntamos cómo responderán y se comportarán cada uno de los mercados del Real Estate durante 2021 y cuál será el papel de las ciudades como aglutinadoras de los diferentes mercados.

Esta respuesta se sitúa un escalón por encima de los mercados inmobiliarios, ya que estos no pueden existir ni desarrollarse fuera del paraguas del concepto ciudad. Las ciudades, por un lado, juegan un papel regulador y por el otro lado dan cobijo a millones de personas que viven en ellas. Los intereses de ambos necesitan vivir en un constante equilibrio que requiere un marco regulador ágil, flexible y con voluntad de construir un relato de presente y futuro. La Covid-19, a nivel inmobiliario, más que marcar unas nuevas reglas del juego, ha acelerado muchas de las que ya teníamos encima de la mesa.

Hemos visto incrementos considerables en el e-commerce y en el delivery, comportamientos que sin duda van a tener un impacto en el mercado Retail que irá necesariamente de la mano del logístico, que por su parte cada día se acerca más a las ciudades con el last mile y acabará entrando en las zonas urbanas con pequeños puntos de entrega y recogida. Hemos visto cómo el teletrabajo forzoso funcionaba y es una nueva realidad, no como nuevo entorno laboral, sino como complemento del actual. Probablemente se instaure de manera generalizada la posibilidad de teletrabajar uno o dos días a la semana.

Con estos cambios, los nuevos patrones en la conducta y los usos inmobiliarios necesitan ir de la mano de nuevas regulaciones y ordenamientos para poder co-exisitir en un claro equilibrio dinamizador. En definitiva, por muy bien que vayan los fundamentales macro del inmobiliario, si la ciudad como ente no es capaz de ser adaptable y permeable, puede llegar a convertirse en un freno al crecimiento en lugar del elemento dinamizador y catalizador que necesitamos que sea.

Los nuevos patrones en la conducta y los usos inmobiliarios necesitan ir de la mano de nuevas regulaciones y ordenamientos para poder co-exisitir en un claro equilibrio dinamizador
Barcelona y el ideal para vivir y trabajar

Las claves para que Barcelona se consolide como una de las ciudades más atractivas para vivir y trabajar pasan por la colaboración público-privada. Necesitamos que las instituciones públicas tengan una visión clara de futuro y una voluntad de mejora. Es con este liderazgo municipal que se pueden sentar las bases para transformar y consolidar el futuro de una ciudad, ya que los recursos económicos de las ciudades son limitados.

El mejor activo que tienen los ayuntamientos son los diferentes instrumentos de regulación y transformación urbanística. Cuando estos existen, son permeables y con un claro mensaje sobre la vocación de mejora, es cuando el capital privado aparece en las ciudades para materializar las voluntades de cambio. Así es como avanzamos con un parque de oficinas nuevo e innovador capaz de atraer talento joven extranjero que encontrará un stock de vivienda que cumpla con sus expectativas en cuanto a vivir una experiencia completa de ciudad. Necesitamos ser resilientes y adaptables a los cambios, pero tenemos que hacerlo desde una proactividad inicial y con cierto nivel de emprendimiento, algo por lo que siempre ha destacado Barcelona. Si nos limitamos a procesos tardíos y reactivos, es cuando este talento joven no encuentra su sitio en la ciudad y escoge otras opciones para desarrollarse.

Para cumplir las expectativas del talento en cuanto a vivir una experiencia completa de ciudad, necesitamos ser resilientes y adaptables a los cambios, pero tenemos que hacerlo desde una proactividad inicial y con cierto nivel de emprendimiento